Vivir en Perú implica encontrarnos ante la posibilidad de que ocurran movimientos sísmicos en cualquier momento. Como han señalado algunos especialistas del Instituto Geofísico del Perú (IGP), las probabilidades de que haya un evento telúrico de gran intensidad son bastante altas.
Por eso es clave que las familias peruanas estén preparadas, no solo al momento de construir sus viviendas con el material más resistente posible, sino también tomando en consideración el tipo de suelo en el que se va a construir los cimientos a fin de saber qué tipo de cimentación o tratamiento al suelo se deberá realizar antes de la construcción de su vivienda. .
Como se puede presenciar en nuestro país, un importante porcentaje de la población sigue construyendo predios informales sin un estudio calificado de suelo, el cual te permite determinar el tipo de suelo, el tipo de cimentación y la profundidad de esta. No contar con una correcta cimentación según el tipo de suelo, puede ocasionar que durante un movimiento sísmico se generen asentamientos que dañen la vivienda. Ante este panorama, Pacasmayo describe los distintos tipos de terrenos que existen y cuáles son los más adecuados para construir una vivienda:
- Suelos rocosos: son suelos que suelen ser impermeables, por lo que presentan las mejores condiciones para poder edificar sobre ellos, pues son una buena base para la cimentación. Lo que uno busca al edificar construcciones, especialmente si serán multinivel, es un suelo del tipo duro y resistente, por lo que es una excelente opción para construir cualquier tipo de vivienda.
- Suelos calizos: al igual que el anterior, estos suelos son excelentes para construir porque surgen de la descomposición de la piedra caliza, son secos y absorben la humedad rápidamente, lo que los vuelve ideales para colocar cimentaciones.
- Suelos arcillosos: este tipo de suelo no es recomendable, ya que retiene mucho el agua y presenta baja porosidad. Son firmes cuando no se mezclan con el agua, pero al entrar en contacto con ella su textura se vuelve viscosa y blanda, lo que dificulta la compactación. Es por esta razón que son los más peligrosos para cimentar una edificación, ya que el asentamiento de esta puede durar varios años.
- Suelos arenosos: a diferencia de los suelos arcillosos estos son secos y no retienen el agua al tener las partículas tan separadas. Son suelos con poco estructural por lo que tampoco son recomendables para cimentar. Además, son propensos a sufrir cambios en movimientos telúricos, por lo cual requieren de un tratamiento especial o mayor profundidad en la cimentación.
Ahora ya sabes qué tipo de terrenos son los más seguros para construir una vivienda. Considera siempre consultar con un experto antes de comenzar cualquier trabajo de construcción o al elegir un terreno en el cual construirás tu hogar.