La construcción del túnel destinado a trasvasar las aguas de las quebradas San Idelfonso y San Carlos hacia el río Moche en Trujillo presenta un avance del 85 %. Este proyecto tiene como objetivo prevenir futuras inundaciones en la ciudad durante el Fenómeno El Niño y proteger a alrededor de 750,000 habitantes de la región La Libertad.
Hernán Yaipén Aréstegui, jefe de la Autoridad Nacional de Infraestructura, verificó el progreso en una reciente visita. Durante su recorrido, destacó que se ha logrado completar un hito importante: la conexión entre el portal de entrada y el de salida del túnel.
“Hoy hemos alcanzado una meta significativa en la construcción del túnel, logrando conectar ambos portales y alcanzando un 85 % de avance. En las próximas semanas, realizaremos los trabajos finales para concluir esta fase del proyecto a finales de año”, comentó Yaipén.
El Proyecto Quebradas San Idelfonso y San Carlos es el único en el país que implementa soluciones integrales mediante un túnel de trasvase para encauzar aguas de quebradas. Yaipén subrayó que esta moderna infraestructura ha demostrado ser la opción más efectiva entre las propuestas iniciales, y se está ejecutando dentro del cronograma previsto.
El gobernador regional de La Libertad, César Acuña, también participó en la inspección y destacó que la voluntad política del Ejecutivo ha sido clave para el avance de esta importante obra. La finalización está programada para 2025, lo que permitirá mitigar daños ante la activación de las quebradas.
“Esta obra, financiada por el Ejecutivo, proporcionará protección a 750,000 trujillanos ante el próximo Fenómeno El Niño. Las futuras lluvias nos preocuparán menos; es un gran avance en prevención. Por años, los residentes de Trujillo han vivido con desesperación ante las inundaciones, pero eso cambiará”, afirmó Acuña.
El proyecto, que ya presenta un avance del 50 %, será fundamental para proteger a los distritos de Trujillo, El Porvenir, Florencia de Mora, Laredo, Moche y Víctor Larco Herrera de inundaciones en el futuro.
Con una longitud de 1.51 kilómetros y una sección en forma de herradura de 5×5, el túnel tiene el propósito de desviar eficientemente las aguas de la quebrada San Idelfonso hacia la quebrada San Carlos, asegurando un encauzamiento seguro hacia los canales de conducción, que también están avanzando favorablemente.
Los ingenieros del Consorcio Besalco Stracon explicaron que se ha utilizado concreto lanzado, aplicado con un equipo robótico de última generación, para garantizar la estabilidad del túnel. Además, la perforación se lleva a cabo con una máquina Jumbo, que permite un trabajo subterráneo eficiente, complementado con voladuras controladas mediante explosivos tipo emulsión, desarrolladas por el Consorcio Maz Errázuriz.