Uno de los principales retos para incrementar la tasa de crecimiento de Perú es mejorar la productividad, lo cual requiere ejecutar proyectos de infraestructura que optimicen los recursos disponibles en la economía. Para lograrlo, es fundamental que las autoridades utilicen de manera eficiente el presupuesto destinado a la inversión pública.
En 2024, la inversión pública en los tres niveles de gobierno creció un 16.8 %, alcanzando un total de S/56,722 millones. Aunque este aumento es significativo, se dejó de gastar una cantidad considerable, lo que resultó en la devolución al fisco de S/13,591 millones. Esta situación refleja que el desafío principal del país no radica tanto en generar recursos para obras, sino en la capacidad de las autoridades para ejecutar los presupuestos.
A pesar del crecimiento en la inversión pública, esta solo representa el 4.7 % del Producto Bruto Interno (PBI), y no supera el 5 % desde 2014, cuando llegó al 5.4 %. Es crucial aumentar esta proporción para que las inversiones en infraestructura contribuyan más efectivamente al crecimiento económico y a la mejora de la competitividad.
Un indicador clave para medir la eficacia de la inversión pública es la ejecución del gasto, que se calcula dividiendo el gasto devengado entre el presupuesto institucional modificado (PIM). Al 16 de diciembre de 2024, el PIM era de S/70,313 millones, según el Portal de Consulta Amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Sin embargo, para el 31 de diciembre de ese mismo año, el PIM disminuyó en S/1,370 millones, cerrando en S/68,943 millones, lo que permitió mejorar los resultados de ejecución en algunos puntos.
Con este ajuste en el PIM, la ejecución de la inversión pública del gobierno central aumentó del 92.9 % al 95.6 %. De manera similar, la ejecución de los gobiernos locales pasó del 66.8 % al 67.2 %, mientras que la de los gobiernos regionales subió del 85.7 % al 88.2 %. Estas mejoras reflejan una gestión más eficiente en el uso de los recursos asignados.
En algunos sectores del gobierno central, como el de educación, la ejecución se benefició significativamente del ajuste en el PIM. En este caso, el presupuesto del sector educación se redujo en S/335.5 millones, lo que contribuyó a que la ejecución mejorara de un 84.5 % a un 90.5 %, optimizando los recursos disponibles para este sector clave.
En resumen, aunque el crecimiento de la inversión pública en Perú es positivo, la clave para fomentar un mayor desarrollo económico radica en mejorar la ejecución del presupuesto. Es fundamental que las autoridades gestionen de manera más eficiente los recursos destinados a infraestructura para lograr un impacto real en la productividad del país.
