Dom. Abr 20th, 2025

Chancay: un megapuerto que corre más rápido que su ciudad

El megapuerto de Chancay se levanta como un símbolo de modernidad en una zona marcada por décadas de carencias en infraestructura y desarrollo urbano. Es una imagen que contrasta fuertemente: mientras se construye un puerto con estándares internacionales, el entorno inmediato sigue rezagado, esperando una transformación que aún no llega.

A pesar de la millonaria inversión de capitales chinos —más de US$3.200 millones— el distrito de Chancay, con unos 64.000 habitantes, opera con un presupuesto per cápita que apenas supera los S/1.000 anuales. Si se considera que su población podría triplicarse en la próxima década, la brecha de inversión pública se vuelve aún más preocupante.

En comparación con otros distritos cuyos presupuestos per cápita alcanzan hasta los S/12.000, la desigualdad es evidente. Esta disparidad pone sobre la mesa la urgencia de revisar la distribución de recursos fiscales, sobre todo si se considera que el puerto podría generar ingresos tributarios significativos para el distrito.

Uno de los grandes retos en la zona es el bajo nivel de ejecución del presupuesto público. Entre 2019 y 2023, la provincia de Huaral —a la que pertenece Chancay— no logró superar el 75% de ejecución, una señal de debilidad institucional que compromete el impacto de cualquier inversión futura.

En respuesta a estos desafíos, se elaboró el Plan de Desarrollo Urbano de Chancay 2024-2034, que propone una transformación integral. Este plan contempla viviendas dignas, servicios básicos como agua y electricidad, además de hospitales, centros educativos, parques y espacios públicos para una ciudad más habitable.

Sin embargo, la falta de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales evidencia el rezago ambiental. Actualmente, las aguas servidas se vierten directamente al mar, afectando el ecosistema y la salud pública. Sin este tipo de infraestructura, es difícil hablar de sostenibilidad.

A pesar de los avances, el desarrollo enfrenta cuellos de botella. La falta de aprobación oficial del plan urbano impide la habilitación de 7.000 hectáreas para uso industrial, limitando la llegada de inversiones que podrían financiar el cambio que Chancay necesita.

Un paso adelante ha sido la creación de una aduana en el distrito, lo que ha permitido que Chancay reciba una porción de las rentas aduaneras. Aunque los ingresos aún son bajos —S/3,7 millones— podrían multiplicarse en los próximos años, alimentando un fondo social que impulse el desarrollo local.

En paralelo, el nuevo puerto ofrece una oportunidad sin precedentes para los agricultores de la región. Actualmente, solo el 2,32% de la producción agrícola de Huaral se exporta, pero la reducción de costos logísticos podría cambiar radicalmente ese panorama, abriendo el mercado asiático a productos como la palta, mandarina y uva.

Finalmente, el éxito de Chancay como hub logístico dependerá de su conectividad. Sin corredores de transporte eficientes, ni infraestructura complementaria como vías modernas o sistemas de almacenamiento, será difícil aprovechar el potencial del puerto. La promesa de progreso está ahí, pero necesita una planificación coherente para materializarse.

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