El 20 de diciembre el Congreso de la República aprobó el adelanto de Elecciones Generales para abril del 2024. Y si bien aún debe ser aprobado en una segunda legislatura, este escenario podría tener un impacto a nivel sectorial en la economía peruana.
Según Juan Carlos Odar, economista y director de Phase Consultores, los sectores más sensibles a una coyuntura electoral son los de construcción y servicios.
“Considerando la historia, los sectores que más afectados (por los periodos preelectorales) resultan son construcción y servicios. Se podrían ver impactos positivos (en referencia a puntos adicionales de crecimiento) o negativos, sujeto a cómo evolucione el escenario electoral, y qué candidatos se presenten o se perfilan a ganar”, precisó.
Respecto a construcción, señaló que habría un impacto por el lado expectativas del consumidor, en el sentido que podrían aplazarse planes de compra de viviendas u otros bienes duraderos.
“En un contexto de incertidumbre, se podría tener menos predisposición a comprometerse a un crédito de largo plazo, quizá con una tasa más alta y tipo de cambio mayor. Esto se reflejaría en cifras de consumo interno de cemento (driver del sector), en un marco (además) de nuevas autoridades subnacionales, que impactan por el lado de avance de obras públicas. Esto tiene impacto también en la demanda interna, por la relación del sector con otras actividades como, por ejemplo, manufactura”, apuntó.
Cabe indicar que la Cámara Peruana de Construcción (Capeco) indicó que la confianza es clave para el sector, por su relación con los planes de inversión en proyectos. En ese sentido indicó que un escenario de adelanto de elecciones podría pesar para la construcción.
“Creo que debemos ir al adelanto de elecciones, pero con un proceso ordenado con el tiempo suficiente, y con reformas que garanticen una buena representación. El crecimiento del sector en el 2023 estaría sujeto también a cómo vaya este factor”, apuntó su presidente Jorge Zapata.
Por el lado de servicios, el efecto de las elecciones es por las ramas de transporte (aéreo o terrestre) o turismo, también vinculado por la desconfianza de las familias, según Odar.
“Transporte representa alrededor de 13.5% del sector servicios, y alojamiento y restaurantes otro 7.7%. Las actividades vinculadas a estos rubros son algunas de las que se tienden a diferir de tener un panorama volátil desde lo político”, apuntó.
Luis Miguel Castilla, director de Videnza Consultores, mencionó que los procesos electorales impactan en la confianza del consumidor (al igual que en la empresarial).
Sin embargo, señaló que el contexto “da un respiro” a la economía y que el impacto en los sectores vinculados al consumo estaría marcado más por cómo vaya el crecimiento. Espera que el impacto en construcción sea menor, aunque sí hay un efecto a través de un aplazamiento en la toma de vivienda.
“Un proceso electoral trae siempre postergación decisiones de inversión y gasto, teniendo en cuenta que hay una parte relevante del electorado que es radical, situación que instala incertidumbre. La afectación en las expectativas del consumo de familias se vería más cercana al proceso electoral, no con tanta antelación. Este indicador está relacionado a comercio y servicios. Construcción sería menos reactivo al tema político, que lo sería por el canal de obra pública”,dijo.
El también exministro de Economía y Finanzas agregó que un contexto en el que se establezca una Asamblea Constituyente, el efecto en el consumo sería mucho más notorio.
¿Se puede palear el escenario?
Según Odar y Castilla, el sector construcción dependería directamente de la inversión pública en 2023. Es decir, el Estado debería evitar la caída de inversión en proyectos de infraestructura, un fenómeno que se contempla por la inexperiencia de las nuevas administraciones subnacionales.
“En construcción la única herramienta disponible es la obra pública, lo que podría contrarrestar la dinámica menor desde la parte privada. Es clave la acción que tomarán los gobiernos regionales y locales (que tienen dos tercios del presupuesto para proyectos)”, apuntó Odar.
Relacionado a ello, Capeco mencionó en su último Informe Económico de la Construcción (IEC) que respecto a la colocación de viviendas se necesita promover la vivienda social a través de subsidios.
“El desempeño de la vivienda social dependerá fundamentalmente de la asignación oportuna de recursos adicionales para subsidios y de impulsar otras medidas destinadas a mantener la oferta y a proteger la capacidad de compra de los hogares que demandan viviendas de interés social”, precisó.
Respecto al sector servicios, Fernando Calmell del Solar, vicepresidente de Mypes Unidas del Perú, indicó que su desempeño el próximo año dependería de la seguridad que se pueda dar desde la promoción del turismo por parte del gobierno de transición.
Destacó que se tiene que “limpiar” la imagen que está dando Perú hacia el exterior por el escalamiento de las protestas.
Es de resaltar que, debido al contexto de protestas, el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, anunció que se pondría en marcha un paquete de planes de corto plazo para impulsar al sector turismo.
“Servicios vinculados a turismo, como comida y alojamiento, tienen una importante concentración de emprendimientos, y es sensible a la volatilidad política. De tener un perfil de políticos más alineado con la inversión privada, a la par de un apoyo de gobierno, hay margen de maniobra para sopesar la propia incertidumbre del escenario electoral. Luego sería más difícil, sobre todo si continúa la convulsión social donde no haya bloqueos”, indicó Calmell del Solar.
Impacto en el empleo
El impacto en sectores como comercio y servicios, por otro lado, tendría reflejo en las cifras de empleo, dijo Odar.
Según Phase Consultores, un punto adicional de crecimiento en el sector construcción generaría alrededor de 8,000 puestos de trabajo nuevos. Un punto adicional de crecimiento en el sector servicios generaría unos 35,000 puestos nuevos.
“Construcción y servicios son intensivos en la generación de empleo. Si estos sectores no son dinámicos sí vamos a tener un efecto negativo en la generación y calidad de empleo”, dijo Odar.
Inversión minera reaccionaría
La variable de la economía más sensible, indicó Castilla, es la de la inversión, en donde destacó la minera. Mencionó que, de haber un impacto, se reflejaría en los resultados del 2024.
“A nivel de sectores, el más sensible es el minero. Los proyectos por ahora se han postergado más por mayores costos, como Yanacocha Sulfuros, lo que no se vincula a la inestabilidad social, aunque este último es factor que pesa también. Ahora, con un escenario electoral en donde eventualmente veremos encuestas con candidatos que son radicales, podría haber un impacto. Este se daría en el 2024, pues los proyectos se analizan con cierto tiempo”, apuntó.
Odar coincidió e indicó que el impacto sería en el año siguiente al 2023. Resaltó el impacto en el empleo por este canal, sobre todo en las etapas iniciales de inversión.
“Aunque ya partimos de un escenario castigado -por lo que un efecto adicional no sería tan malo- la inversión minera sí es sensible al escenario político. Si se percibe que se sigue en un contexto poco amigable para la inversión privada este sector es bastante castigado. Los proyectos mineros son de largo plazo, de gran escala y que toman tiempo en definirse. Ante ello, se esperaría que, de haber impacto, según como se perfila el escenario político, este se produzca más en el 2024”, anotó.
El economista de Phase Consultores señaló que la inversión no minera sí podría tener una respuesta mucho más rápida a la coyuntura. “Sectores como manufactura por ejemplo. Aunque la escala es mucho más pequeña”, apuntó.
Datos
- Según el BBVA Research, el sector construcción caería en 3.6% en el 2023. El Banco Central de Reserva (BCR), por su parte, prevé un crecimiento de 1.3%.
- Para 2023 se espera que el sector servicios crezca 2%.
- La inversión minera caería en el 2022 (6%), 2023 (16.6%) y 2024 (9.2%), según el último Reporte de Inflación el BCR.
- Inversión pública caería 2.3% principalmente por recambio de autoridades subnacionales