En medio del litigio por la clausura de Bordemar la semana pasada, el alcalde de Barranco, José Rodríguez, dijo que promueven la inversión privada, y esta puede desarrollarse en el distrito, pero bajo ciertas condiciones.
Y es que, al tener más del 60% de su superficie como zona monumental, una alta densidad poblacional y poco espacio, explicó que están limitados de concesionar lugares públicos y ahora pueden acoger proyectos de mediana envergadura.
Así, en el sector inmobiliario, señaló que hay una iniciativa de hotel boutique en el Palacete Sousa, el cual se sumará a los tres existentes. En tanto, en vivienda, indicó que ya no se pueden construir edificios altos por escasez de terrenos amplios.
En ese caso, mencionó que el distrito sigue atrayendo a las inmobiliarias, pero estas apuntan ahora a proyectos de solo siete a ocho niveles.
Si bien los parámetros para el rubro de oficinas no han variado, el alcalde sostuvo que el dinamismo es menor, en línea con la situación de ese segmento en el país debido a la pandemia. Asimismo, dijo que ese tipo de proyectos demandan la solución al problema del tráfico y carencia de estacionamientos.
Al respecto, consideró importante trabajar en ese tema con la Municipalidad de Lima y la Autoridad de Transporte Urbano (ATU), e impulsar proyectos de estacionamientos subterráneos. En el 2019, recordó que recibieron una iniciativa privada de ese tipo, pero la pandemia la dejó en stand by.
Reactivación
Consultado por la situación de los negocios en Barranco, Rodríguez afirmó que la actividad comercial en el distrito ya alcanzó niveles prepandemia, pero con ciertos cambios. Entre ellos, el paso de discotecas a restaurantes.
“Después de la pandemia ya no hay tantos locales nocturnos y restobares. Barranco ha pasado a ser un distrito de entretenimiento en general”, dijo, tras referir que al menos una docena de restaurantes amplió su actividad con terrazas.
Añadió que los negocios que están llegando a su jurisdicción son principalmente de servicios turísticos y venta de artesanías.
Posturas por caso Bordemar
El alcalde de Barranco, José Rodríguez, señaló que la clausura de los locales de Bordemar no solo responde a que varios negocios ya no tienen licencia de funcionamiento, sino que el contrato de concesión de dicho bulevar se anuló por el no pago de deudas acumuladas por US$ 7.5 millones del 2007 al 2020. Asimismo, porque “la zona no tiene zonificación comercial para acoger los negocios que ahora tiene y que el contrato original fue para un centro deportivo, que fue demolido el 2010 para instalar restaurantes”.
Magaly Salvador, abogada de Bordemar, dijo que “tal deuda es falsa” y que la Municipalidad de Barranco “incumplió el contrato de concesión al no haber concretado el cambio de zonificación, establecido en la adenda del mismo”. Añadió que el contrato original estipulaba la construcción de un “complejo turístico”.
Josimar Cóndor – Gestión