Jerhel Chavarría
Psicóloga especialista en Educación y Seguridad vial del Touring y Automóvil Club del Perú.
Tres mil quinientos fallecidos al día en el mundo, es la cifra reportada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en la que los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte de niños y jóvenes. Anualmente el número alcanza los 1.3 millones, además de los 50 millones que sufren algún tipo de lesión.
Considerando esta estadística, el pasado octubre, se dio a conocer el nuevo Decenio de Acción de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, a través del cual se desarrolló un Plan Mundial con el propósito de prevenir, al menos, el 50% de lesiones y muertes causadas por los siniestros de tránsito para el 2030. La OMS, junto a otros socios de la ONU, desarrollaron este plan de acuerdo con la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Ello en línea con la Declaración de Estocolmo, en la que se enfatiza la importancia de un enfoque holístico de la seguridad vial y se hace un llamado a mejoras continuas en el diseño de carreteras y vehículos; mejora de las leyes y aplicación de la ley; y la prestación de atención de emergencia oportuna y vital para los heridos. Esta Declaración promueve la caminata, el ciclismo y el uso del transporte público como modos de transporte inherentemente saludables y ecológicos.
¿Qué pasa en nuestro país? A excepción del 2021, por el confinamiento debido al COVID-19, durante varios años se han reportado, en promedio, nueve decesos diarios generados por accidentes de tránsito.
De acuerdo con información del Consorcio de Tránsito Ciudadano (CTC), las causas principales se relacionan al factor humano, es decir, al conductor o peatón. En el 2021, entre enero y mayo, la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas registró 2,137 accidentes de tránsito y 327 fallecidos.
Frente a esta situación, es necesario que empresas, organizaciones públicas y privadas, y autoridades del Estado, se sumen a la iniciativa de mantener informada a la población sobre los riesgos que suponen las malas prácticas de seguridad vial, e insistan en la concientización a través de la implementación de cursos virtuales de especialización y brinden capacitaciones gratuitas a la población en edad escolar.
También es imperativo que los organismos de fiscalización redoblen el compromiso de controlar el cumplimiento de la normativa de transportes sobre seguridad, condiciones técnicas de los vehículos y la calidad de los servicios de transporte terrestre.
De no tomar medidas inmediatas para detener esta pérdida de vidas, así como las lesiones producto de estos accidentes, para el 2030, según indica la OMS, se registrarían 13 millones más de muertes a nivel mundial que son totalmente evitables. Finalmente, como usuarios de las vías, debemos cuidar la vida propia y la de los demás y respetar la integridad física de las personas con las que interactuamos en el día a día.
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