La Nueva Carretera Central es un ambicioso megaproyecto de infraestructura que transformará la conectividad entre Lima y la sierra central del Perú. Este proyecto, que se extiende a lo largo de 185 kilómetros, contará con cuatro carriles, un separador central, 33 kilómetros de túneles y 19 kilómetros de viaductos elevados, posicionándose como una de las obras viales más grandes del país. Con una inversión superior a los 24,000 millones de soles, se espera que genere 12,000 empleos directos y 100,000 indirectos, además de potenciar el comercio y la economía de la región.
Una de las principales ventajas de la nueva vía es la significativa reducción en los tiempos de viaje. El trayecto entre Lima y Junín, que actualmente toma aproximadamente seis horas, se reducirá a solo dos horas y media. Sin embargo, la magnitud del proyecto presenta una serie de desafíos en términos de infraestructura, los cuales deben ser abordados de manera estratégica para garantizar la efectividad y sostenibilidad del proyecto a largo plazo.
Jose Ignacio Pacheco, decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), destacó que la construcción de la Nueva Carretera Central requiere un conocimiento técnico profundo y una planificación exhaustiva. “Cada fase del proyecto, desde el diseño de los túneles hasta la edificación de los viaductos, requiere precisión y soluciones innovadoras para garantizar la seguridad y funcionalidad de la vía. Es esencial contar con profesionales capacitados para enfrentar los desafíos geológicos, climáticos y logísticos, y asegurar que el proyecto cumpla con los más altos estándares de calidad y sostenibilidad”, señaló.
A medida que avanza la obra, surgen varios retos que deben superarse para asegurar el éxito del proyecto. Pacheco identificó algunos de los principales desafíos y sus posibles soluciones que son clave para la viabilidad y sostenibilidad de la carretera:
- Integración con el entorno natural: La carretera atravesará diversas zonas geográficas, incluyendo valles y montañas, lo que plantea el reto de evitar la fragmentación de ecosistemas y la alteración de cauces de agua. Para ello, se necesitarán viaductos elevados, pasos de fauna y sistemas de drenaje eficientes. Además, el uso de materiales que armonicen con el paisaje y técnicas de construcción de bajo impacto, como estructuras modulares, ayudarán a reducir la huella ecológica del proyecto.
- Construcción de túneles y viaductos en terrenos complejos: Con 33 kilómetros de túneles y 19 kilómetros de viaductos, la planificación precisa es vital para garantizar la estabilidad estructural. Las elecciones de materiales y tecnologías de construcción deben adaptarse tanto a las características geológicas del terreno como a las condiciones sísmicas de la región.
- Infraestructura resiliente ante el clima extremo: La zona por donde pasará la carretera enfrenta condiciones climáticas extremas, como lluvias intensas, huaicos y bajas temperaturas en zonas de gran altitud, lo que puede ocasionar erosión, deslizamientos y daños prematuros. Para mitigar estos riesgos, es crucial implementar sistemas de drenaje eficaces, estructuras de contención y pavimentos de alta resistencia térmica, así como tecnologías de monitoreo para garantizar la operatividad de los túneles y viaductos a largo plazo.
- Diseño urbano en zonas de conexión: Es esencial garantizar que la infraestructura vial no interrumpa la vida cotidiana de las comunidades locales. El diseño debe incluir intercambios viales eficientes que eviten congestiones, así como accesos peatonales seguros y la creación de espacios de servicio que beneficien tanto a los viajeros como a los residentes cercanos. La planificación de intercambios viales bien diseñados es crucial para facilitar la circulación del tráfico sin afectar la movilidad local.
Pacheco también destacó la importancia de integrar pasos peatonales y puentes seguros, y subrayó la necesidad de diseñar espacios de servicio estratégicamente ubicados. «Paraderos, áreas de descanso y comercios no solo beneficiarán a los usuarios de la carretera, sino que también promoverán el desarrollo económico de las comunidades cercanas, mejorando su conectividad y calidad de vida», concluyó.