El decreto propuesto por el Gobierno nacional, que establece un arancel del 14.5% a las importaciones de acero provenientes de Perú, ha suscitado gran preocupación en el sector de la construcción. Este sector teme un aumento considerable en los costos de producción de viviendas, según informes de la Revista Semana.

El acero es un insumo crucial en la construcción, representando el 14% de los costos directos de una obra. Un incremento en su precio podría reducir la oferta de vivienda formal, una situación que ya inquieta a los constructores, quienes enfrentan un contexto económico difícil con caídas en ventas y empleo.

Colombia se abastece en gran medida de acero importado, siendo Perú uno de sus principales proveedores. Dado que el 40% de la demanda de acero en Colombia proviene de importaciones, un aumento en los aranceles tendría un impacto directo en los proyectos tanto actuales como futuros.

La situación se complica aún más por la incapacidad de la industria local para cubrir toda la demanda interna, lo que obligaría a los constructores a asumir costos adicionales o a posponer sus proyectos. En años recientes, el precio del acero ya ha aumentado significativamente, con incrementos que superan el 30%.

Sandra Forero, concejal de Bogotá y expresidenta de Camacol, ha manifestado su preocupación por cómo este nuevo arancel impactará al sector. “Afectará directamente la producción de vivienda”, ha señalado, añadiendo que la industria local no satisface la demanda interna y que estos aumentos complicarían aún más una industria que ya ha sufrido la pérdida de miles de empleos.

Este posible encarecimiento también podría ampliar la brecha entre los costos de construcción y el precio final de las viviendas, dificultando el acceso a la vivienda para muchas familias colombianas. En este contexto, el sector ya enfrenta retos significativos, como la caída en ventas y la disminución en el lanzamiento de nuevos proyectos.

La decisión del gobierno de imponer este arancel llega en un momento crítico para la industria, y los gremios del sector han expresado su preocupación por el impacto económico de esta medida. La incertidumbre sobre el futuro del sector se acentúa ante estos desafíos.

A pesar de estas dificultades, en agosto se registró un crecimiento del 5.7% en las ventas de vivienda, poniendo fin a 25 meses de caídas continuas. Durante este periodo, se comercializaron 12.653 proyectos, siendo la vivienda de interés social (VIS) la que mejores resultados obtuvo, con ventas de 8.764 unidades.

Guillermo Herrera, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), explicó que la reciente mejora en el mercado se debe a la confianza del sector privado. «Desde hace un par de meses, Bancolombia comenzó a reducir las tasas, y la tasa para adquirir vivienda de interés social (VIS) se sitúa ahora en el 11.5%, lo que ha generado un impacto positivo en la disposición de las familias para adquirir vivienda», concluyó Herrera.